Se trata de la competencia de Jeeps 4x4 que organiza la municipalidad local desde hace 10 años y que convoca a numerosos participantes. Centenares de familias vibraron con el “rugir de motores”, en el predio conocido como “La Cuchara”. 

Ochenta corredores provenientes de los más diversos lugares: de la provincia de Buenos Aires, de Corrientes, de Brasil y de las localidades misioneras de San Pedro, Dos de Mayo, Eldorado, y los anfitriones, le cambiaron durante cuatro días el palpitar a la tranquila localidad de Puerto Esperanza, en el norte de la provincia, agregando emoción y adrenalina a una competencia que nació en el año 2003 y que en cada edición suma más participantes como también público entusiasta. 

Los organizadores denominaron “La Cuchara” al predio que, transformado en circuito, congrega a avezados competidores que con velocidad y destreza recorren un trazado de compleja topografía. Por eso, no todos pueden completar el recorrido a pesar de la habilidad con que conducen sus jeeps especialmente preparados. Antes de correr en “La Cuchara”, durante dos días los participantes se miden con la espesura del monte, en una travesía arriesgada por los contratiempos que ocasiona una geografía tan particular como la misionera: “Verde gris/Verde brillante/Rojo toro/Sangre adelante/Camino y selva”, diría Ramón Ayala, en su poema “El Mensú”. Ese camino es razón de trabajo para el productor durante todo el año, y ahora en este tipo de encuentros, razón de vértigo, emoción y camaradería, lo demuestra el clima que se respira antes, durante y luego de la competencia. 

El vicegobernador Hugo Passalacqua, junto al intendente de Puerto Esperanza, Alfredo Gruber,  y su hermano y mentor de los encuentros de jeep 4x4, Gilberto “Pato” Gruber, compartieron un grato momento con las familias que colmaron el predio. Passalacqua, asimismo, aceptó también el desafío de correr el circuito y completó dos vueltas como acompañante de un experto conductor. 

“Estoy realmente contento de poder compartir con ustedes este encuentro que es tan propio de Puerto Esperanza. Es un orgullo y una distinción para mí. Son diez años donde le pusieron el lomo a una fiesta que crece por su popularidad y su entusiasmo”, subrayó el vicegobernador. “Esto es un esfuerzo de equipo y de conjunto, pura garra y ‘fierro’ en estado puro”, insistió. 

El asado a la estaca, la música y la posterior premiación a los competidores completaron una jornada digna de celebración y de bienvenida a la estación primaveral.