La Selva Iryap?, un espacio donde naturaleza y cultura guaran? cautivan al turista

PUERTO IGUAZU. Ubicada a la vera de la ciudad de Puerto Iguazú, en misiones, es un nuevo polo de atracción para el turismo que tiene como destino las cataratas, por su imponente vegetación, la incidencia cultural guaraní y el surgimiento de nuevos sitios de hospedaje.

La Selva Iryapú, ubicada a la vera de la ciudad de Puerto Iguazú, en Misiones, es un nuevo polo de atracción para el turismo que tiene como destino las Cataratas, por su imponente vegetación, la incidencia cultural guaraní y el surgimiento de nuevos sitios de hospedaje.  

Iryapú ("sonido lejano del agua" en lengua guaraní), una reserva natural que forma parte del ecosistema del Parque Nacional Iguazú, es un apacible bosque de 600 hectáreas con árboles de más de 400 años, como la Caña Fístola y el Palo Rosa, y que sirvió en principio como asentamiento de la etnia Mbya Guaraní originaria de Paraguay, hasta que fueron desplazados por la explotación rural que comenzó a mediados del siglo XX.

Desde 2005, por iniciativa conjunta de los gobiernos provincial y municipal, y como parte de un plan integral para la ciudad, se dio comienzo a un plan de urbanización destinado al fomento del turismo, respetando las costumbres de las culturas originarias. Respecto a la ocupación del terreno, fueron definidos espacios para el sector hotelero y otros de carácter social, cultural y deportivo, mientras que a las comunidades guaraníes les fueron asignadas 263 hectáreas lindantes con el Parque Nacional Iguazú.  

A partir de entonces fueron construidos 15 emprendimientos hoteleros con calificaciones de tres, cuatro y cinco estrellas, a los que -se prevé- se sumarán otros 10 en los próximos años. La voluntad integradora entre el pueblo Mbya y los dueños de los hospedajes, permite que el turista pueda hoy disfrutar de caminatas asistidas por guías nativos, adquirir artesanías diversas y participar en festejos propios de la cultura guaraní.

Miembros de la comunidad Mbya son los encargados de guiar al turista a través de senderos enmarcados por una profusa vegetación, la que es descripta en detalle por los anfitriones.  

Al promediar el itinerario, el guía muestra los diferentes tipos de trampas utilizadas tanto para cazar como para "defensa de los seres humanos", ante la presencia de yaguaretés y otros animales considerados peligrosas. Con la mirada atenta, el senderista podrá avistar algunas de las especies que cohabitan el territorio: pájaros multicolores, infinidad de mariposas y los infaltables monos y coatíes que se acercarán al grupo movidos por la curiosidad.  

Durante el trayecto, el guía sorprende con algunos usos de las diferentes plantas que se observan a cada paso, tal el caso del helecho Mbeuyá, una planta antibiótica y espermicida que, bebida por las mujeres, logra efectos anticonceptivos. Un puesto de artesanías ubicado sobre la calle Eldorado, a metros de la ruta nacional 12, ofrece como souvenirs arcos y flechas, cestería de juncos, alfarería, tallados en madera, collares e instrumentos musicales confeccionados por manos guaraníes.    

Del mismo modo, los Mbya de la cercana aldea Fortín Mbororé, abren las puertas de su comunidad para enseñar su cultura, su filosofía de vida, sus creencias y su medicina natural. Las cabalgatas, que también forman parte de la oferta turística, parten desde un puesto ubicado en la intersección de la ruta 12 y Eldorado con grupos guiados que llevan a los turistas a internarse en la selva varias veces al día, a través de dos senderos: el Guatambú y el Cachí.

El primero de ellos cruza una laguna de barro ñaú, material utilizado por los artesanos guaraníes, y es un paseo tranquilo que puede ser realizado por embarazadas, personas mayores y niños, ya que es de corta duración y no atraviesa terrenos irregulares. El sendero Cachí, que debe su nombre a un helecho en extinción, se interna más en el medio selvático, pudiéndose apreciar todo tipo de vegetación durante el recorrido, además de ofrecer un contacto directo con los habitantes de una aldea.    

El turista que elige Iryapú es mayormente extranjero y su estadía promedio es de tres noches, sin embargo el lugar está siendo ahora descubierto por viajeros argentinos que buscan un lugar distendido para su estadía. La selva es justamente eso, un espacio de permanente contacto con la naturaleza donde no hay estridencias, sólo calma y aire puro, generadores de una sensación de paz que invita al relax y a la introspección.  

Habitaciones con baño privado, aire acondicionado, wi-fi, completa gastronomía, la infaltable piscina entre la vegetación y relajantes servicios de spa, son un estándar de la oferta hotelera del lugar la que, según datos aportados por fuentes oficiales, dispone de alrededor de 3.000 plazas. La mayoría de los establecimientos ofrecen actividades adicionales tales como senderismo guiado, trekking, navegación por el río Iguazú, aventuras 4x4 y traslados a las Cataratas, entre otras.

 La cercanía con el centro de Iguazú, el aeropuerto, las Cataratas y la frontera con Brasil le otorgan un valor agregado; bancos, comercios, un free shop y la posibilidad de hacer un tour de compras en Ciudad del Este, Paraguay, hacen de Iryapú una experiencia turística de selva con la comodidad urbana al alcance de la mano.


 


Fuente: Telam

Actualidad - 18:20 08/02/2016