PUERTO IGUAZÚ. El tradicional "gran cierre" del espectáculo se postergó del sábado al domingo por el mal clima. Si el domingo el tiempo meteorológico es propicio el show será en el Hotel Sheraton Cataratas, si llueve se hará en el polideportivo municipal.

 

El espectáculo musical infanto-juvenil más importante del mundo transitó su tercer día en la ciudad de las Cataratas con una convocatoria que ha superado una vez más las expectativas. El gran despliegue de talentos tiene momentos de singular trascendencia, como lo ocurrido el jueves en el Hito Tres Fronteras; escenario de uno de los dos conciertos al aire libre más importantes de la gira.

Allí, el anfiteatro Ramón Ayala colmó sus gradas de espectadores de los más diversos rincones del planeta, que desde hace ocho años se dan cita cada fin de mayo para disfrutar de este evento que no registra iguales, por la multiplicidad de factores que lo hacen único.

En primer lugar, el inigualable marco que ofrece la ciudad. Declarada maravilla natural del mundo por la UNESCO en el año 2011, las Cataratas del Iguazú constituyen solas una carta de invitación. La tierra colorada y el contraste con los más variados tonos de verde, ilustran la curva selvática ofreciendo un paisaje para ser admirado con todos los sentidos. 

Y ahí es donde se ensambla el segundo, pero no menos importante factor: la música; ese idioma que resignifica y une las culturas en este rincón del mundo.

Así las cosas, la noche del aniversario de la Patria cobró sentido a través de las diferentes orquestas infanto-juveniles que le dieron ritmo, color y magia a la velada.

La apertura de la gala estuvo a cargo del Ballet del Teatro Colón, que fue uno de los números destacados. Un puñado de jóvenes talentos en puntas y con panderetas en mano, parecían multiplicarse a medida que avanzaba la obra. Fiel al estilo de excelencia que exige el evento, el público los recibió de pie con un copioso aplauso, en el que se pudo sentir la argentinidad de los presentes que parecían aplaudir a su país a través de la danza.

Más tarde fue el turno de la Orquesta de Cordas Instituto GPA - Brasil-, con su inigualable impronta. Éste constituyó uno de los momentos más especiales de la noche, pues la hermandad de la que se tiñe año tras año cada actuación se vio plasmada en el homenaje que rindió su director vistiendo los colores de la Patria en el escenario.

Finalmente, el cierre de la jornada estuvo a cargo de la orquesta "Watershed", de Zimbabue, que realizó un recorrido por sus mejores performances.

Argentina, Brasil y Zimbabue fueron recibidos por un público aplaudiendo de pie, en un espacio colmado y con muchas expectativas puestas en lo que sigue: dos días más de música, arte, cultura y magia.