El cara a cara: la primitiva herramienta comunicacional que funciona

POSADAS. Big data, redes sociales, imagen, medios hegemónicos, saturación visual e informativa no suplantan, hasta la actualidad, a la herramienta más primitiva de comunicación: el cara a cara. El diálogo permanente con el ciudadano, el conocido “mano a mano” en la calle o el barrio sigue siendo un modelo de comunicación exitoso en un contexto de crisis comunicacional como el que atraviesa el país. 

Se trata de una forma de comunicación en la que el candidato tiene que ir a buscar al ciudadano y puede sentarse a hablar con cualquier trabajador en una relación simétrica. La cercanía siempre es una buena estrategia, teniendo en cuenta que si bien la comunicación puede amplificar una buena gestión, no puede remplazarla. En este sentido, el consultor político y docente de la UCA, Gonzalo Sarasqueta, puso en análisis el tema y señaló que la derrota de Cambiemos en las PASO sirve para colocar a la comunicación en el lugar que corresponde. 

En el plano comunicacional, el consultor expuso que con las PASO “se derritieron muchas verdades de hierro”, y una de ellas es el poder del big data. Si bien el análisis de la minería de datos a gran escala y en un tiempo record es fundamental, la realidad pudo más y los argentinos votaron con el bolsillo. “La góndola del supermercado, no llegar a fin de mes y los aumentos en las tarifas pudo más. Acá lo que termina primando es la gestión y eso me parece que sirve para poner en lugar las cosas, la verdad es que la pobreza roza los 35% y con algo así no hay estudios ni datos que te garanticen los votos de la gente”, sentenció. 

Otra verdad echada a la luz con los resultados de las primarias es el poder de los medios de comunicación hegemónicos. Sarasqueta explicó que por un lado, el kirchnerismo infla constantemente de poder a los medios hegemónicos y los señala como los responsables de manejar la voluntad de la opinión pública, pero por el otro, gana las elecciones con el 17% con medios como Clarín y La Nación en contra. 

En este sentido, indicó que analizar esta dualidad es una buena forma de sentar las bases mínimas de la comunicación y no echar la culpa al periodismo como sucede a menudo. “Al fin y al cabo –apuntó el consultor- lo que te están diciendo es que creen mucho en el pueblo pero que a la vez el pueblo es inocente y siempre le cree a los medios de comunicación. Es una retórica que choca porque constantemente está esa dualidad de por un lado seguimos al líder y por otro lado el pueblo es el que gobierna”. 

Para apuntar y recordar, una buena campaña se construye con el ciudadano, poniendo la escucha en primer plano.  Hay que saber que detrás de cada voto existe una persona con aspiraciones, necesidades y problemáticas que tiene que ser tenida en cuenta a la hora de planificar una plataforma de gobierno. Una buena gestión se logra con la participación activa de los habitantes de una nación, fomentando espacios de información, opinión y puestas en común, y en la construcción de un relato y una identidad de las que todos se sientan parte. 

Actualidad - 10:19 11/09/2019