PLATAFORMAS

POSADAS. El dato como materia prima y su influencia en la configuración de los nuevos modelos de negocio del capitalismo que busca ganancias, superiores a la de las industrias que generan bienes de consumo, es el caldo de cultivo de las plataformas de servicio como Rappi, Glovo y Pedidos Ya! Bajo la trilogía perfecta que conecta consumidores con comercios y repartidores, se están llevando la parte del león durante la cuarentena obligatoria, cobrando comisiones de hasta el 40% sobre el total de la venta (que no factura) y pagando a los comercios con demoras de hasta 60 días.

En lo que va de la cuarentena, aquel modelo de uberización del trabajo denunciado por Alberto Fernández durante el debate presidencial de 2019, encarnado por las plataformas de delivery, han aumentado las comisiones que cobran por cada operación hasta un 40% del total de la venta a los nuevos comercios que se han sumado al sistema. Los que ya estaban trabajando “en sociedad” mantuvieron valores promedio del 15% en las comisiones que pagan por el servicio.

El sistema de envíos a domicilio, que fue apoyado por el gobierno de Cambiemos porque “genera independencia y crecimiento personal dependiendo de tu esfuerzo”, la meritocracia en todo su esplendor, un eufemismo para definir la explotación laboral y la “creación de valor a través de la plusvalía (que la pone el explotado)”, ha tenido aumentos en los ingresos de entre un 60% y un 72% en lo que va de la cuarentena, sin haber aumentado los valores que pagan a los riders y extendiendo el plazo de depósito. De lo cobrado a los clientes mediante medios electrónicos de pago, el depósito a los comercios que efectivamente realizan la tarea y asumen todos los costos de la producción se extiende hasta los 60 días.

¿Cómo funciona el sistema?

Un comercio se adhiere al servicio de la plataforma de delivery. La prestación incluye el pago del producto que adquiere el cliente del comercio con tarjeta de crédito o débito. El comercio emite una factura, supongamos de $750, y la plataforma otra de $50 que es lo que corresponde al pago del envío a domicilio que debe abonar la plataforma al rider. De los $750 que factura el comercio la plataforma, antes de la pandemia, se cobraba un 15%. Pasados unos días, la plataforma deposita el dinero en la cuenta del comercio restando la comisión. Además, en el día, paga el servicio del repartidor.

Con el aislamiento social obligatorio los comercios, que tuvieron que mantener sus puertas cerradas al público, comenzaron a adherirse a los servicios de las empresas de reparto, por necesidad antes que por ser un buen negocio. Lo que sucedió es que las plataformas, en medio de una crisis social inédita, vieron la posibilidad de aumentar las ganancias y subieron las comisiones hasta un 40% del total del ticket y extendieron los plazos de depósito en las cuentas de “los socios” hasta los 60 días.

El aumento en las comisiones no se vio reflejado en el ingreso de los trabajadores, que para comenzar a trabajar deben adquirir todo el equipamiento, contar con un celular con conexión a internet en todo momento, un vehículo y cumplir rigurosas expectativas de productividad. Las plataformas, para los repartidores, aplican un sistema de puntaje que se elabora en función de la tasa de aceptación de pedidos. Además, dependiendo del puntaje, permiten, o no, hacer despachos en determinadas zonas (que suelen ser las de mayor cantidad de pedidos).

La parte del león

En estas condiciones “pandémicas” Rapi tuvo un aumento de facturación del 67%, Glovo del 73% comparado con el mismo período del año pasado. En el mismo tiempo, algunas de ellas, pusieron un tope al pago de propinas a los repartidores, que se puede hacer en la App, como máximo $100. Evidentemente quieren mantener pobres a los trabajadores para seguir explotándolos.

¿Es viable el modelo de negocios con relaciones laborales reguladas? PedidosYa!, Glovo y Rappi, las principales empresas del mercado argentino, siempre, contestan “depende”. Lo cierto es que Delivery Hero, multinacional detrás de Pedidos Ya!, "levantó" las operaciones de Fodoora en Canadá luego que la justicia reconociera el derecho a sindicalizarse de los trabajadores, y por supuesto a reclamar por sus derechos bajo el amparo de la Ley. La empresa en Canadá alegó problemas financieros como excusa para retirarse pero la casa matriz, en el mismo momento, anunciaba ganancias durante el primer cuarto del año que doblan las del 2019.

Según publicó la revista Forbes Argentina, en noviembre de 2019 Glovo acreditaba 8.627 repartidores activos (de unos 14.000 inscriptos), Rappi alrededor de 10.500 y PedidosYa! más de 7.000. Los trabajadores comenzaron la tarea de sindicalización y conformaron la Asociación de Personal de Plataformas en un sistema de trabajo que no es reconocido por el estado y por ello no hay cifras oficiales. Además, los trabajadores pueden utilizar varias Apps a la vez y, en las grandes ciudades del país, no es extraño ver a un repartidor entregando un pedido de Glovo, con una mochila de Rappi y una campera de PedidosYa!.

La regulación que no regule tanto

Aunque no guste a los liberalotes y neoliberales de Argentina, como hemos visto sucede también en “los países del primer mundo”, la Intervención del Estado como regulador de las tecnologías existentes, pero también como desarrollador de plataformas públicas que garanticen a los usuarios, trabajadores y clientes, autonomía, derechos y beneficios, es necesaria para que todos se beneficien del uso, ya que, como lo explicaba Gonzalo Sarasqueta, el problema no es la tecnología sino quien la utiliza y con qué propósitos.

En el Ministerio de Trabajo de la nación se trabaja en un proyecto de ley de alcance nacional para trabajadores de plataformas, que contemple un salario básico (en función de un mínimo de tareas), límite de jornada, ART, derecho a negociación colectiva y un determinado régimen de aportes, pero que al mismo tiempo admita la posibilidad del trabajo a demanda. Un estatuto a medio camino entre el monotributista y un convenio colectivo más tradicional, que resuelva la seguridad social y mínima estabilidad de los riders sin bloquear el dinamismo que incorporan las plataformas al mercado laboral. Y que aproveche la posibilidad que brinda la tecnología de una trazabilidad total de las tareas; como plantean desde las empresas, “es imposible encubrir una relación laboral”.

Según Glovo Argentina tienen tres tipos de asociados a la plataforma que se dedican al reparto. De uso intensivo extendido en el tiempo; de uso poco intensivo; de uso intensivo pero en un corto período o en temporadas intermitentes. El último es el caso de jóvenes que recién ingresan al mercado laboral, personas que perdieron su trabajo o los inmigrantes. Más del 60%, dicen, combina el reparto en Glovo con estudios, otra actividad profesional u otra plataforma similar. Alrededor del 50% reparte en bicicleta, y el otro 50% en moto. Fundada en Barcelona en 2015 por el joven Oscar Pierre (nacido en 1992), llegó a Buenos Aires en enero de 2018, desde donde funciona el hub para toda Latinoamérica, en el que trabajan 150 personas.

Rappi tiene en Argentina 500 empleados, más de 10 millones de descargas, y hasta noviembre de 2019 había realizado 7 millones de pedidos y contaba con casi 6.000 comercios asociados. Cerraron el año con US$ 100 millones en ventas y una inversión de US$ 10 millones en marketing.

Por su parte, según reportó PedidosYa!, alrededor del 75% de unas 900.000 órdenes mensuales son de alimentos pero la plataforma apunta a la compra en el súper, la verdulería, la comida para las mascotas, las compras para la oficina. Mercados que aún no están tan acostumbrados a la aplicación pero que, apuntan, son los más disruptivos.

Actualidad - 17:06 03/06/2020